Nuestra mirada dice mucho de nosotros. ¿Ocurre lo mismo con nuestro color de los ojos?
El color de nuestros ojos viene marcado por nuestros genes. A nivel genético el estudio de el color de nuestros ojos es complejo. Antes se creía que este color venía marcado por los genes dominantes y recesivos, pero hoy sabemos que no es tan sencillo. Cualquier pequeña mutación puede alterar nuestro color de ojos.
El color de nuestros ojos depende de la cantidad del pigmento melanina que se tenga en el iris. Los ojos azules, grises y verdes son más claros porque tienen menos melanina en el iris mientras que los ojos de color oscuro tienen mucha más melanina. Esta melanina no solo da el color a los ojos, también es un excelente filtro para protegerlos del sol. Debido a que tienen menos pigmento, los ojos claros son mucho más sensibles a los rayos dañinos del sol que los ojos oscuros.
Heterocromía:
La heterocromía es una alteración ocular en la que los iris son de diferente color. La heterocromía se presenta con poca frecuencia y puede ser congénita o adquirida.
Los ojos azules
El color azul de ojos podría provenir de un único antepasado común. Y los científicos sitúan que pudo nacer hace 10 mil años cerca del Mar Negro como resultado de una mutación genética. Este antepasado sería aquel del que provienen todos aquellos con ojos azules. Probablemente esta mutación genética ayudó a los europeos a sintetizar mejor la vitamina D en un ambiente más oscuro y con menos luz solar.
¿Cómo sobrevivió esta mutación aislada? Algunas teorías nos hablan de la selección de sexo, por la que machos y hembras eligen parejas que son inusuales. Esta teoría defiende que aquellos con ojos azules serían mucho más atractivos. Estos hombres y mujeres sobresalían, aumentando las posibilidades de tener hijos.